Cuando escuchamos el concepto de empresas familiares, se nos viene
erróneamente a la memoria, la idea de compañías o emprendimientos desarrollados
por personas que conforman una misma familia; y no es que no sea así, sino que
si lo vemos desde la perspectiva total del asunto, si una organización quiere
ser en realidad diferente y absolutamente innovadora, debería pensar de esta
forma, es decir, que es una empresa familiar, conformada por personas con
distintos apellidos, pero unidas por el mismo amor a lo que realizan. Para que
me entiendas un poco mejor, te lo voy a empezar a explicar inmediatamente en el
próximo párrafo.
Ahora se habla mucho de la supuesta falta de compromiso de parte de los
Millennials, a la hora de querer mantener sus trabajos. Se les prejuzga y en
cierta parte se les discrimina, llegando a tomárseles como el terror de
organizaciones rígidas, arcaicas y burocráticas. Que por ser como son, no se
sientan a analizar que, esta nueva generación viene más que marcada, por los
dramas de sus padres que, fueron despedidos y que, en muchos casos, se vivió
como la gran tragedia, por colocarse en riesgo el sustento diario o por no
llegar a obtener la tan anhelada pensión. Entonces, como es más fácil criticar
y entrar en pánico que, buscar soluciones, han hecho todo lo contrario de lo
que deberían realizar, para hacer atractivo y apasionante, el estar dentro de
la organización. Ten presente siempre esto - pensar que los Millennials se van
de tu compañía por ser inconstantes, es tan inteligente como culpar a tu pareja
cuando fuiste infiel, con la excusa que te descuido -.
Lo primero que deben hacer es conocerles realmente, comprender que son
emocionales y no analíticos como otras generaciones que también tuvieron sus
altas y bajas; colocarse en sus zapatos y, antes que nada, no verles como
bichos raros que traen innumerables problemas a la organización. Acto seguido,
empezar a crear cultura de innovación dentro de toda la organización, dando el
primer paso desde cómo hacen la atracción del talento, dejando de lado el simple
cubrir vacantes, olvidando contratar por títulos universitarios, e ir más por
las vocaciones, pasiones y sueños en común entre la organización y esa persona.
En ese estado, empezar a entender que esa persona no hace parte del activo fijo
de la compañía, con quien se puede hacer lo que se le venga en gana, que jamás
se va a ir, como si fuera una propiedad privada, por el simple hecho de pagarle
un salario.
Es bueno saber que no tendrás el clima organizacional perfecto, porque no
existen las familias de ese tipo, lo que, si debes agregar a todo lo que
emprendas al interior de tu empresa, es mucha escucha, negociación y
resiliencia. La escucha te servirá para entender a las personas, sus
comportamientos, los actos que estos generan, al igual que sus consecuencias,
deberás hacerlo realmente para entender y no para responder, generando siempre
una contestación oportuna, detallada y respetuosa, ya que a las personas
prefieren un “No”, a quedarse en el limbo sin una retroalimentación
fundamentada. La negociación vendrá de la mano de la escucha y la deberás
administrar como con los hijos, entendiendo su personalidad y buscando enseñar
con el ejemplo, y orientar antes que reprender; para que enderece su rumbo, de
no querer cambiar, podrás hacer modificaciones, ya que somos una empresa y no
una entidad de beneficencia. Finalmente, con el uso de la resiliencia,
tendremos el complemento perfecto, para poder comprender todas y cada una de
las cosas que suceden en nuestra organización, lo que nos hará más fuertes,
seguros, fortalecidos, homogéneos y visionarios, como valor agregado les
permitirá a las personas, no tomarse todo como personal, evitando
hipersensibilidades, deseos de revancha y cancerígenos egos que corroen a los
miembros de los equipos de trabajo. Como acción adicional y vital en esta
altura del proceso, deberías erradicar la gilada latinoamericana de la
“doctoritís”, eso déjaselo a las universidades, que para eso y para crear
diplomas andantes, sí que son buenas.
Gestiona planes estratégicos que mejoren la calidad de vida de tus miembros
del equipo de trabajo, que prevengan el Burnout, gran problema que los
gobiernos han querido hacerse de la vista gorda, de manera irresponsable,
desconociendo el riesgo psicosocial que eso implica. Entonces ve más allá de
actividades aisladas, de charlitas de motivación, de la fiesta de fin de año
para embrutecernos en alcohol, y crea mejor, proyectos innovadores para empezar
a inspirarlos, eso es de verdad, tocar la vida de dichas personas y de las que
les rodean. Empieza pensando cómo te gustaría que te consintieran y continúa
haciendo el ejercicio con el resto de la organización, paso a paso y sin prisa,
pero de manera constante; a cambio retales a ser más apasionados por lo que
hacen, a no presentar problemas sino soluciones, a no ver lo que falta sino lo
que tienen para optimizarlo y para ser reconocidos de manera abierta y
deferencial tanto dentro como fuera de la organización. Allí tus redes
sociales, serán el lugar perfecto para lanzarles al estrellato (Employee
Advocacy). Piensa en actividades diferentes, de impacto como un banco de horas,
que se pueden canjear por planes familiares o de dedicación a ese hobby que les
apasiona, actividades outdoor, como pueden ser planes de cocina donde el
funcionario pueda invitar a su familia (espacio especializado para hijos),
pareja o algún amigo muy cercano, este te lo aconsejo porque lo viví hace
muchos años atrás con Laboratorios Abbott, y por el cual, hoy pienso primero en
ellos a la hora de comprar cualquier medicamento. Para cerrar este párrafo te
voy a dejar un par de actividades más, cómo podrían ser un área de quinck massage,
para aprovechar las pausas activas, con un masaje relajante que nos libere de
las tensiones y de la rutina laboral. La segunda actividad podría ser la
creación de clubes de lectura, poesía, pintura, actividades lúdicas,
dependiendo de los gustos de las personas que conforman tu organización, esto
deberías saberlo preguntando uno a uno y no suponiendo o anteponiendo tu gusto
personal.
Olvídate que el único placer de la vida de las personas está en el dinero,
ya que existen personas muy adineradas que no se sienten realizadas, así que
mejor trabaja con ellos a partir de la construcción de los sueños, eso nunca se
olvidará, ya que es muy fácil olvidar cómo conseguiste tu primer millón de
pesos, pero no quien te ayudo a alcanzar un sueño anhelado.
Finalmente convierte a la familia de los
miembros de tu organización, en el centro de atención de las actividades de
bienestar empresarial, recuerda saludarles y tener detalles en cumpleaños,
grados, aniversarios, etc. Hazlos sentir acompañados y muy protegidos en
momentos de duelo, crea planes de mentoring, incentivos y apadrinamiento para
los familiares a la hora de crear emprendimientos, por qué no, prestamos con
muy bajas tasas de interés, por mencionar algunas ideas básicas para tener en
cuenta. Para cerrar hazles saber siempre lo valiosos que son sus familiares,
por la función que desarrollan dentro de tu organización y lo vitales que son
dichos familiares para que él se sienta inspirado en el día a día, y como
resultado, siempre quiera dejar su marca y su huella al paso de los años.
Ya para
despedirme, quiero decirte que, si analizas el pasado o preguntas, hace 30 años
atrás hablar una segunda lengua, saber de sistemas, entre otras cosas, era todo
un valor agregado y diferencial; hoy, es una obligación. Eso mismo va a pasar
con el talento dentro de tu organización, hoy serás innovador y será un lujo
que lo empieces a desarrollar, en una década, y de la mano de los Millennials,
será una obligación que, de no darte cuenta, te aseguro que tu competencia sí
lo habrá realizado, y por eso te ganaran la partida ¿Te quieres arriesgar a comprobarlo
o mejor nos animamos a ser pioneros? Espero tu respuesta muy pronto.
Me interesa mucho tu opinión
y que me brindes temas de tú interés; por lo que te invito a escribirnos, a
darnos tu punto de vista y a proponernos tópicos para que sean desarrollados
por el equipo creativo y de investigación de nuestra organización, al correo mercadeo@sowhat.com.ar.
De esta manera concluye
nuestra editorial, la cual no podría cerrarse sin reiterar mi agradecimiento
por leerme y darme tus opiniones. Se despide tu amigo,
Héctor Jiménez Rodríguez
@MarcaHectorJR
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MarcaHectorJimenez
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